miércoles, 9 de octubre de 2019

por: Mariano Freccero
¡Feliz cumple querido charro!
Hoy te quiero escribir a vos; amor de mi vida, que cumplís 65 pirulos.
¿¡Cuantas cosas pasaron y cuantas pasaran!? Aunque ahora no estés en tu mejor momento hace algunos años vivimos un orgasmo sin final que aunque lamentablemente si lo tuvo acá nadie piensa que todo tiempo pasado fue mejor, ¡todo lo contrario! Nosotros estamos siempre con las ganas del humilde que siempre está bien parado para salir delante ante cualquier adversidad.
Me emociona pensar en ese olorcito a pasto mojado que se siente desde la tribuna, ese no sé qué, el césped siempre hecho un billar, ver a los teros molestando siempre en la esquina más alejada del campo de juego y ver como se viste el glorioso Jose Manuel Moreno de fiesta para cada partido con banderas y estandartes. Me emociona la rutina de siempre, salir de casa casi una hora antes de los partidos para cumplir a raja tabla con esta hermosa religión y caminar por av. San Martín o a veces si estoy apurado ir directamente por av. Argentina (que es un camino mas rustico y aburrido pero rápido) mientras escucho el mismo relator de toda la vida tirando los datos de la fecha cuando me dirijo con dirección a la rotonda y antes de llegar a esta; dos cuadras antes, desviarme a la izquierda y pasar por el costado de la cancha de tejedor, parar en una parrilla de por ahí y mientras almuerzo algo empezar a cruzar gente que aunque a la mayoría no tengo idea ni de cómo se llaman a veces siento que los conozco de toda la vida y hasta pretendo saber la dirección que exhibe su DNI por el simple hecho de saber en qué lugar de la tribuna se ubicara cada uno y por más que pasen los años estos seguirán yendo a esos mismos sitios.
A cuantos nos pasa que estuvimos ausentes días de las madres, días del padre, cumpleaños ajenos y hasta propios, pasando tardes de invierno cerrado saltando y cantando para alegrarnos la vida y calentar el alma, mañanas (porque también aveces jugamos de mañana) que algunos osados vamos amanecidos, días de tormentas y lluvias donde volvemos a casa totalmente mojados pero con el corazón contento, tardes de verano donde nos bronceamos al rayo del sol, es una locura que muy pocos pueden entender, el veneno que corre por nuestras venas. Quien no a brindando en cada navidad y año nuevo con un solo pensamiento, llevamos una banda azul cruzándonos el alma porque el barrio nos hizo así. Este club es joven comparado con otros pero grandeza le sobra. Es nuestra manera de vivir, aprendimos a disfrutar de nuestra enfermedad.
Este cumpleaños lo tenemos que festejar cada uno de nosotros que conformamos esta hermosa familia: los pibes que desde el cielo alientan con nosotros, los muchachos mas picantes de la barra, los señores mayores que van con la radio pegada a la oreja a cada partido, las chicas más lindas del oeste, los periodistas partidarios, los hinchas, las madres, los niños y bebes, los que trabajan por y para el club día a día, los que están en otras ciudades alejadas a merlo o incluso también los que están en otros países y hasta en otros continentes pero la pasión continua a pesar de la distancia. ¡Salud a todos los que somos de merlo hasta las pelotas!

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